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16 temblarán el cielo y la tierra,
y nuestro Dios se enojará
y hablará desde Jerusalén.
Pero protegerá a los israelitas
y será un refugio para ellos».

Habla Dios

17 Dios le dijo a su pueblo:

«Cuando llegue ese día,
ustedes reconocerán que yo soy su Dios.
Me quedaré a vivir en mi templo,
y Jerusalén será mi ciudad preferida.
¡Nunca más un ejército extranjero
volverá a poner un pie en ella!

18 »Cuando llegue ese día,
en los cerros y en las colinas
habrá vino y leche en abundancia;
y nunca faltará el agua
en los arroyos de Judá,
pues del templo saldrá un manantial
que regará el valle de Sitim.

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